Un emprendedor es aquella persona que identifica una oportunidad que ofrece el mercado, y tiene la motivación, el impulso y la habilidad de movilizar recursos a fin de ir al encuentro de esta oportunidad. Es habitual emplear este término para designar a una «persona que crea una empresa» o que encuentra una oportunidad de negocio, o a alguien quien empieza un proyecto por sus propios medios.
El emprendedor es una persona con mucha confianza en sí mismo, en sus capacidades y en sus ideas; que es capaz de transformarlas en realidades y apostar por ellas con todas sus fuerzas para sacarlas adelante y convertirlas en empresas exitosas.
Estas son algunas características de los emprendedores:
- Energía para poder enfrentar las dificultades del comienzo y superarlas.
- Atreverse a enfrentar riesgos.
- Creer en el proyecto.
- Dedicar al proyecto su tiempo, esfuerzo y recursos.
- Disfrutar de los desafíos y no dejarse vencer en momentos de crisis.
- Aceptar el fracaso como camino hacia el éxito.
Los emprendedores no deben caer en los siguientes errores:
- Imaginar que el producto o servicio se venderá solo. No basta con tener un buen producto o servicio, es necesario realizar una estrategia para dar a conocerlo y venderlo.
- Pensar que, por ser el primero, conseguirá el éxito. Si el producto o servicio es bueno pronto habrá competidores dispuestos a superarlos.
- Pensar que todas las buenas ideas son novedosas.
- Considerar que innovar no tiene importancia. La competencia es feroz.
- No trabajar en equipo, que es uno de los errores más comunes, al creer que uno puede hacer todo solo.
- No tener idea de los números de la empresa o no saber interpretarlos. Costos de producción, ventas, márgenes, etc. Sin su control, lo más probable es que el negocio se le escape de las manos.
- No ser realista al confeccionar una proyección o un presupuesto y no tener en consideración todos los factores que puedan afectarlo.
- Creer que se las “sabe todas”. Hay que conocer nuestras propias limitaciones y recurrir al consejo de expertos cuando sea necesario.
- No estar abierto al cambio, ya que a medida que la empresa se va desarrollando, se van a ir suscitando cambios obligados para que la compañía perdure en el tiempo.